domingo, 4 de septiembre de 2011

Homofóbico, pero solidario


A una semana del revolú, hago mis primeras declaraciones. Hablaremos sin nombre. Aquellos que se sientan identificados, se reconocen, pero como no quiero utilizar plurales, ni entrar en generalizaciones me concentro en mi objetivo.  Para ser más directa, tú amigo ‘encorbatado’, de canas de “sabiduría”, de esas que suelen reactivar hormonas de más de cuatro décadas. Tú amigo, que eres alto, según tu humilde altanería, robusto, apuesto y hasta inteligente. No hablaré más de tu posición legislativa – senatorial – presidencial – de mandamás; para estar ahí no importan mucho los estudios…más bien una buena membresía en Clubman y uno que otro yate en el Club Náutico. Claro, jugar tenis, golf, tener una chequera, un bolígrafo con un baño en oro y beber coñac.  

Estoy sorprendida, pensaré que Irene pasó por tu cama. Te estrujó y te cambió. Aún falta para la Semana Santa, no adjudicaré tu cambio a un milagro del altísimo. Todos menos eso. Antes de tu alarmante cambio, eras un homofóbico, desconsiderado, retador, burlón, y egocéntrico. Ahora todo lo contrario.

No sé qué pensar. Eres galán renovado…casi mesías. Parecido a tu amigo Pedrito.

Todavía, no sé qué pensar, entre tantas vueltas que le doy al asunto. Resurgió la mierda.

Algo como:  “Puerto Rico está cansado del bla, bla, bla del presidente de PPD y el cua, cua, cua de Eduardo Bhatia”. (al menos nunca he visto fotos de Bathia)

 "…que Puerto Rico se convierta en una especie de Sodoma y Gomorra.


“Aquí en el Senado no le vamos a dar paso a ninguna enmienda que tenga que ver con matrimonios del mismo sexo y dándole derechos que no tiene nadie más. La comunidad gay y lésbica tienen los mismos derechos que cualquier ciudadano“. Tienen exactamente los mismo derechos”, dijo. Los homosexuales no se pueden casar, le recordó una periodista.  “Los heterosexuales tampoco se pueden casar con personas del mismo sexo

Recuerdo con claridad lo que dijiste. Las que dices. Las mismas que hoy por hoy se usan en tu contra. Al menos yo. Palabras que tanto estremecieron a tu pueblo, el que te tiene ahí, al que le has dado culo. Ups, culo. Término peligroso en la actual historia de mi país. Y más cuando tú, gran varón, hombre de bien, sirvo del Dios, recto como nadie, intocable, que tanto apoyo has demostrado a tu compinche senatorial. Tú que cuando “hablas” el pueblo se caga. 

Te tenemos un miedo.

Se me antoja recordar, como no mencionar tus declaraciones contradictorias: “Las circunstancias que han tocado la renuncia de Arango son muy lamentables. Confío que con la dimisión del legislador podamos dar por terminado este asunto y nos enfoquemos en la discusión de los temas importantes para nuestro pueblo. Exhortó a que más allá de cualquier opinión que se pueda tener sobre este incidente, se entienda que la familia del senador Arango también merece respeto y consideración”.

Solidario por demás… y pensar que las fotos de su amigo fueron divulgadas en una aplicación para encontrar parejas del mismo sexo.

¡Qué ironía!

Pero sigue así, homofóbico pero solidario. Hipócrita. 

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