miércoles, 31 de octubre de 2012

Noche de brujas

Hoy es la primera noche de brujas que paso fuera de mi hogar. A muchos metros de distancia. A pesar de que varios años atrás dejé de celebrarlo, hoy por obvias razones me gustaría estar en la calle buscado dulces, o lo que no se me ha perdido. También es la primera noche de brujas que la paso escribiendo y todo gracias a tener una razón válida: tanta soledad.

Hace varios meses ando disfrazada. Desde aquellos días de agosto llevo una careta de felicidad y una sonrisa alquilada. Para que no se note lo desgastada que ando, todas las noches recurro al ritual de belleza que me enseñaron donde pagué por un poco de alegría, jolgorio, risas y sonrisas. 

Mientras escribo estas líneas mi mente regresa al pasado, acompaña a mi musa, me abandona y encara lo que le ha tocado.
La soledad es dura, la falta de amor; hastiante, y recordar lo que no se debe; el pase a la muerte lenta.

Un terrible dolor de boca (de esos que nacen cuando aguantas las ganas de llorar), de lágrimas al punto del desborde, y ese habitual nudo -que suelo ignorar- que me invita a escribir.

La noche de brujas se resume en lágrimas, recuerdos, mensajes inconclusos, llamadas humillantes, soledad, textos del adiós, pastillas para dormir, malestar y arrepentimientos.

Happy Halloween.

martes, 30 de octubre de 2012

Crónica de un actor vagabundo

De mirarlo supe a la dinastía a la que pertenecía. Una familia de actores, productores, comediantes, músicos y quizás un futuro dramaturgo. El que lo ve piensa que vive en el abandono. “Es un loco que la calle”, dirían fácilmente, a causa de su dejadez física.

Es delgado, con espejuelos, mejillas hundidas, y otras imprefecciones lo hacen lucir un poco mayor. Ese día vestía una camisa negra ancha y chancletas playeras. Claro, no es en vano el desgaste, es el mayor de tres hermanos.

Acércame, fue tarea fácil. En este lapso de mi vida, entablar conversación con un desconocido es un aguaje. No me cuesta, fluye más rápido que una conversación entre madre e hija.

Empezamos hablando de su sobrino. Pianista, un amigo del ciberespacio, e hijo de otro famoso actor -mi favorito-.

El contra interrogatorio inició.

"¿De dónde conoces a Félix?", preguntó.

"Lo conocí a través de un periódico y luego por azares de la vida coicidimos en Facebook...", dije. (puntos suspensivos)

Cuando escuchó eso de por los azares de la vida... murmureo : "No pregunto más..."

(más puntos suspensivos)

De seguro pensó que tuvimos otro acercamiento que no se limitara a una amistad entre redes sociales. No lo juzgo, yo también, hubiese pensado lo mismo. 

Mientras hablábamos recuerdo que él comía y yo barría el piso . Mecanismo perfecto para entablar una conversación, poco tradicional pero bastante efectivo.

Llegamos al éxtasis de aquella plática: el teatro puertorriqueño.

No conozco mucho del tema pero igual hay cosas que se caen de la mata, como por ejemplo que las mismas caras. 

No tardó en responder que se trata de un asunto de "amiguismos teatrales". 

Acto seguido intercambiamos líneas y concluimos.

Justo allí comprendí que últimamente si me he dado cuenta que las apariencias engañan, y no sería esta la excepción. No para mí, sino para los que no conocen. No me gustaría decir su nombre para que lleguen solos a las posibles candidatos.

Aunque les puedo decir que acercármele, fue un gusto. Es una persona que radia alegría, decencia, intelectualidad. Todo un goce. Un goce.