martes, 31 de agosto de 2010

No me llames Dolores… llámame Lolita


Cuando nació el 19 de noviembre de 1919 su madre nunca pensó que Lolita les daría dolores de cabezas a muchos. Dolores Lebrón Sotomayor, mejor conocía como Lolita Lebrón; una heroína puertorriqueña, aunque les duela a muchos. No trepó paredes como Gatubela ni usó capucha como la Mujer Maravilla, pero que sin duda alguna, tuvo más agallas que esas dos juntas.

Desde pequeña Lolita se identificó y fue fiel creyente con el ideal independentista puertorriqueño.

Valentía no le faltó cuando en el 1954 arremetió contra la Cámara de Representantes de los Estados Unidos con el fin de demandar la situación colonial de la Isla. Por lo que cumplió 25 años de prisión, lamentablemente. A pesar de eso nunca dio por terminada su labor y permaneció activa en la lucha por la independencia de Puerto Rico hasta su último suspiro.

Gracias a una amnistía otorgada por Jimmy Carter salió de prisión. Cosa que provocó que al ‘Caballo Blanco’ se le saliera lo de negro, diciendo que ella era una terrorista y que el acto hecho por Carter fomentaba el “terrorismo”.

Si definimos el terrorismo, encontramos que es “el uso de violencia para el logro de objetivos políticos”, entonces si me remonto al 1978 para ser más exactos el 25 de julio, donde la policía ejecutó dos jóvenes independentistas, qué se puede sacar. Sí, el poco mencionado caso del Cerro Maravilla. ¿Y eso no es terrorismo? Por favor, recuerden quién estaba en la gobernación para ese entonces. Y sabrán.

Mañana se cumple un mes de la partida de Lolita y su nombre sigue intacto. Y su legado más todavía. Frases como “¡Viva Puerto Rico Libre!” Y “¡Yo no vine a matar a nadie, yo vine a morir por Puerto Rico!” sin que quepa duda serán pronunciadas una y otra vez.

Lo que sí puedo asumir es que sus labios alguna vez pudieron pronunciar “No me llames Dolores… llámame Lolita”.

Y si no fue así, lo dije yo.

La furia de Earl

Éste como muchos de los fenómenos naturales tienen la habilidad de atormentar un pueblo psicológicamente.

La furia de Earl fue tanta que mandó al secretario de DACO, Luis G. Rivera Marín, a Las Catalinas Mall en Caguas, para ver si los precios estaban congelados.

La furia fue tanta que mami me mandó al supermercado y la gente estaba despavorida. Sonó un trueno y gritaron como guineas en gallinero.

La furia fue tanta que el prócer que tenemos como gobernador mandó a todos los empleados públicos, escuelas, colegiales y demás, al mismo tiempo para sus casas, y se formó un tapón descomunal. Nunca entendí tal acción. Me gustaría decir que fue muy heroico de su parte, pero no entendí. Lamentablemente.

La furia fue tanta que fui abandonada toda una noche. La pasé sola. Al despertar extrañé más de Earl.

La verdad no quería ningún huracán. Mira si somo seres egoístas, que deseamos un huracán simplemente para no ir a la universidad, no ir al trabajo, dormir, jugar barajas, beber cervezas y comer salchichas. Y las familias menos preparadas, ¿quién piensa en ellas? ¿La furia?

Sin duda alguna tengo la fe que para el próximo "huracán" , "aguaje natural" le pongan un nombre menos anglosajón. Earl no me sale.

De hecho, fue tanta la furia de Ada Monzón hasta Susan Soltero que de Earl sólo vimos el nombre.







martes, 17 de agosto de 2010

De paseo por el tribunal

Eran las de 3:50 p.m. y mis dos amigos, estaban en una sala tensa, de luces opacas que palpitan al compás de los segundos del reloj, rodeado de bancos negros escritos por todos lados (como suelen hacer las personas cuando las conoces no le pertenecen) aquel lugar, era así.

Él, un hombre de voz gruesa y quebrantada, la misma que me inspiraba tristeza por la magnitud de su enfermedad. Su cabello blanco como la nieve, vestido con una chaqueta y pantalón gris, con los ojos caídos y ojeras abundantes que reflejas su vejez que caminaba entre el ver y el no ver de su vista fallida. En medio de tantas maromas hacia todo lo posible por defender a su cliente, quién se mantuvo todo el juicio cabizbajo.

Ya son las 4:00p.m., han pasado diez minutos, los pasos, los murmullos, los comentarios y el ruido del reloj sacan a muchos de concentración.

‘¿Dónde usted estudió?’ - dijo el abogado defensor.

“Estudie aquí y posteriormente culminé mis estudios en la Universidad de New Orleans.” - respondió el Mario Marín López, quién fue el fiscal inicial de caso.

El abogado defensor no tenía más estrategia que seguir insistiendo sobre preguntas absurdas que lo hunden más y más.

Mi otro amigo, el fiscal, se caracterizaba por ser un hombre fiel a su ideal, recto, disciplinado, perseguido por palabras que requerían estudios, con su corbata roja y papeles a la mano, daba demostración de lo que ha sido unas de sus mejores interpretaciones.

‘Me opongo señor Juez, aquí queremos saber que paso ese día, no los antecedentes universitarios del compañero’ – exclamó.

“Valla al grano, señor abogado’ –respondió rápidamente el juez.

Se pide tiempo. Cinco minutos para refrescar ideas. Son las 4:09p.m. La vista se vio interrumpida por parte del abogado defensor.

El abogado esta perdido ya no sabe qué hacer, camina de un lado para otro, su tal interpretación lo hace figurar como una marioneta dentro de un circo de puros buenos artistas.

Fueron los cinco minutos que más largos se me han hecho, vuelvo a caer en lo mismo, los murmullos, los pasos de tacones, los gestos, miradas y el abrir y el cerrar de la puerta dan por finalizados aquellos cinco minutos, ya eran las 4:17p.m.

Vuelve mi amigo, el abogadito, hacer el ridículo, entre preguntas que no tiene la más mínima importancia. Solo nos cuesta entretenernos un rato, pasarla bien y ver como lo pisotean todas sus preguntas que tenían respuestas muy buenas.

Más tarde, a las 4:45p.m. PUM! Un golpe interesante (al menos todos creímos eso), aumenta el tono de voz del abogado para darle giro supuestamente sorprendente para que al final el juez diera por terminada la vista.

“Van hacer las 5:00p.m., vamos a dar por terminada la sección de hoy. Continuáremos el 1ro de octubre.”– concluyó el juez.

Ya afuera los familiares desinformados al fin, celebran por el juicio que fue todo un “éxito”.

“Viste como el abogado le sacó hasta donde estudio”. – dijo en alta voz un hombre, que desfilaba como familiar del acusado.

Es tanta la ignorancia y el desconocimiento de las personas que aún sabiendo que están mal, viven en un error… y como lo celebran.

jueves, 12 de agosto de 2010

.mala mia.

A sabiendas que "mala mia" no arregla nada, continua el uso.

Well, un mala mia no siembra dinero.
Un mala mia no arregla malos entendidos.
Un mala mia no escatima.
Un mala mia no revive un muerto.
Un mala mia no ayuda.
Un mala mia no influye.
Un mala mia no se perdona.
Un mala mia no olvida.
Un mala mia aguanta.
... luego estalla.

¿Pa’eso pares?


Después de la misteriosa muerte de Lorenzo, la alza en los asesinatos a personas de menos edad, es decir niños es evidente.

No sé si es moda, no sé si es el diablo que se posee en ellas, no sé si el calor influye en esto. Pero ya basta. Es suficiente.

Cuando “mataron” a Lorenzo, días después de forma similar falleció una niña de Santurce. Su madre la llevó al hospital ya muerta. No se sabe qué pasó con ese caso, ahí quedo y murió de paso.

En esta última semana han muerto tres, por parte de sus madres.

¿Madres? Esa palabra existe para estas mujeres que se despojan de sus hijos como si fueran un objeto a empeñar. En qué mente humana cabe tal atrocidad.

La verdad es que si no quieren tener los bebés, pues hay métodos de prevención. Existen condones, pastillas, inyecciones, hay abstinencia sexual, entonces. Cada día me indigno más de la gente que habita este suelo… veremos qué pasa.

Acá les dejo unos enlaces que sustentan lo que he dicho anteriormente. No todos son por asesinatos, también hay por negligencia.

http://www.elnuevodia.com/callaantelafiscallamadredelosbebesasesinados-758266.html

http://www.elnuevodia.com/acusaranamujerdeestrangularasubebedeanoymedio-758696.html

http://www.vocero.com/noticias/ley-y-orden/9512-investigan-muerte-de-menor-en-aguas-buenas.html

http://www.elnuevodia.com/tragicosincidentesconmenores-749967.html

http://www.primerahora.com/bebitafalleceasfixiada-391120.html

sábado, 7 de agosto de 2010

Palabras entrelazadas

Son el futuro del país desde siglos, años tras años se mantiene esa misma filosofía.

Se les entregará un país. ¿Cuál país? Lo que nos queda por tierra es un pedazo de un rompecabezas supuestamente para armar. A mí me dijeron que tenía que estudiar para ser alguien en la vida, porque seré el “futuro del país”. Pero nunca me comentaron que mi país está dejando de existir, antes de todo tendría que contestarme “¿de qué pueblo me hablan?” para pensar como niño. Un futuro basado en la educación.

Educación, tema de polémica en mi natal Puerto Rico. ¿Derecho o privilegio? Aun no sé.

Según la Constitución de Puerto Rico se “consagra el derecho de toda persona a una educación que propenda al pleno desarrollo de su personalidad […] sin ninguna inclinación sectaria y gratuito en los niveles primario y secundario.” Que en palabras simples significan que cada individuo es elegible por el estado a participar de educación sin cargo hasta fin del noveno grado. Noveno grado que en el sí en el siglo 21 no significa nada. Entonces, gracias a, nace una comunidad desertora escolar. No es por menos preciar, pero es real.

El mismo estado se encarga de embrutecer su pueblo. Tanto así que recientemente salió en un diario de circulación nacional que los jóvenes mejores preparados se van a ejercer profesión fuera del país. Y la mediocridad gobierna.

Gobierno, ni hablar. Supuestamente los conocemos pero no los vemos. Sólo en las calles del país, visitando Llorens, Cantera hasta Villas del Sol llegan, buscando los votos pa’ guisar otra vez. Se trepan y se olvidan de las comunidades que pusieron sus esperanzas en ellos. Periódico de ayer, materia olvidada.

Materia olvidada, sinónimo de deambulante. Gente sola sin hogar. No todo son drogadictos pero todos se juzgan con la misma vara.

“Vete a trabajar”, murmuran todos.

Nadie dice: “Mera, cómo estás. Comiste.”

Son humanos. Como tú y como yo.

Estamos tan sincronizados en una falsa espera de sueños en burbujas que somos víctimas de palabras entrelazadas.