martes, 22 de enero de 2013

Siempre


Siempre
Me parece que cuando tu madre te inscribió en Registro Demográfico le faltó ponerte un segundo nombre: Siempre. Esto del destino y los pensamientos es bien fuerte. Había escuchado que el universo conspira y que la telepatía une gente pero no fue hasta ahora que lo estoy empezando a creer. Hace días te andaba pensado, recordándote entre las canciones, de hecho, hasta encontré en lo más profundo de mi gaveta tu pañuelo blanco, que aunque poco, guarda con recelo tu olor. También alcancé a ver en el clóset tu jacket marrón. El mismo que te traía a mi lado, cuando yo quería, el mismo que simulaba esos ricos abrazos que me dabas… puntos suspensivos.

Siempre he creído que los espíritus viajan, salen de su cuerpo, de su zona de confort para unirse con aquello que una vez, también le dio confort. Siempre pensé que jamás sabría de ti, siempre supe que seriamos un capítulo cerrado, pero también siempre he sabido que entre el cielo y la tierra viven las emociones y los hermosos recuerdos. Siempre supe que no sería fácil salir de esto, siempre he sabido que borrar tus besos de mi boca será un reto. Siempre he sabido que viviré en tus recuerdos, y que aunque no quieras y yo no quiera cierras los ojos y me ves. Me verás. Siempre he sabido que si no se hubiese destapado la olla, estuviese en Puerto Rico, tomando de tu caldo. Con gusto y ganas como siempre lo hice. Siempre serás mi negro, aunque no se supone. Siempre serás mi punto de partida y siempre serás mi gran amor, del pasado, pero amor a fin de cuentas. Siempre te llevaré entre mis entrañas. Siempre te querré, para bien o para mal. 

Ese es tu nombre: siempre. Siempre da perpetuidad. 

martes, 1 de enero de 2013


Todo era mejor cuando éramos desconocidos queriendo conocernos.

Ayer


Ayer culminó una travesía. Fueron 365 días de intensidad, nuevas experiencias, noticias agradables, malas sonrisas, buenos besos, cambios radicales, aventuras inigualables,  decisiones, crecimiento personal y realización profesional.
Ayer resumí en una lágrima todo lo que había callado por años, y lo que había gritado en silencio. El año pasado me dio mucho, y me quito más. Me puso el amor en las manos, pero como todo, se me salió de las manos. Me puso un diploma universitario, me colocó más cerca de la feminidad, me creció el pelo, me peleé con mi hermano, le di el mejor regalo a mi madre, me pinté el cabello negro, amé, lloré, amé y seguí llorando.
Un año de cambios abruptos. Llegué a Nueva York con una maleta llena de sueños y tragos amargos. Conocí la independencia, crecí en el recuerdo, me reafirmé como mujer, llegaste y te fuiste. Viví en frío y quise en calor. Maravillé cuerpo, rogué por ti, te pedí perdón, te entregué mi vida, mi alma, mi corazón. Canté sin voz, bailé, moví los hombros mientras Shakira ponía música. Cambié de trabajo, entré a Endi, luego a Inter News, compartí contigo cada uno de mis logros. Te soñé más tiempo, viví por ti. Me gustaba verme en tus ojos y que tu lengua explorara mi boca. Me gustaban aquellas excavaciones que solías hacer por el monte de Venus.
Con esa misma intensidad, hoy por hoy puedo decir que se acabó, aun sabiendo que los recuerdos perduran. El año acabó con muchas emociones a flor de piel. Extrañando a mi mamá, mis amigos, mi espacio, mi cama, mi almohada, mis sábanas naranja. 
Dentro de toda este cambio hay felicidad, nuevas sonrisas, ya no piloteas mis pensamientos como antes (gracias a Dios y a la psicóloga). Cada día estoy y soy más bella. Gracias por abrirme las puertas de la belleza. Fuiste mi punto de partida y no te considero un error, como tu lo haces. Y ya, ni me importa. A ti te agradezco todo.

Declaro que este año será de muchos triunfos, crecimiento personal y gratificaciones profesionales. Gracias a ti soy más madura, más insensible, más consciente, pero estoy muy feliz. Sé que algún día nos volveremos a ver las caras y pago por ver tu reacción. Tiempo al tiempo.