lunes, 14 de junio de 2010

Willie, legado, humildad y convenciones


Desde el fallecimiento de William Miranda Marín, y tiempo antes me di la tarea de buscar cuales características posee un prócer. Aparte de los próceres que conocemos, entiendo (y me corrigen si me equivoco) que por ahí hay unos cuantos nombres a la intemperie. Guindando en el aire. De los cuales su legado, su mensaje y vida le importan a una minoría, la cual espera por ese reconocimiento patriótico.

Dejándome llevar por varios ilustres nacionales, encontré una mayoría de poetas, políticos, filósofos, escritores, novelistas, ensayistas, educadores, activistas, abolicionistas, abogados y periodistas (modestia y aparte). Cada uno de estos personajes compone una página significativa en la historia de Puerto Rico, donde dejaron una huella imborrable. Así como William Miranda Marín, que desde el inicio de su carrera dio indicios del gran ser humano que era.

Miranda Marín, nació en Caguas el 23 de septiembre de 1940, (Grito de Lares, 1868). Entró de lleno a la política como Vicepresidente Ejecutivo del Banco Gubernamental de Fomento, más adelante ocupó un sinnúmero de cargos administrativos.

Posteriormente, en el 1997 se juramentó como alcalde del Municipio Autónomo de Caguas. Municipio en el cual realizó una sensacional transformación urbana, económica y social. Hizo de Caguas “un nuevo país”, un pueblo diferente, estructurado, metódico, sistematizado, exacto, cuidadoso y meticuloso. Por lo que está tecnológicamente avanzado y económicamente vigoroso. Bajo una actitud filantrópica, fue líder voluntario de numerosos proyectos culturales y cívicos.

En un discurso previo, (febrero 2010) mencionó: “La soberanía política es, ante todo, un proyecto para recobrar la viabilidad económica del país que ni la estadidad ni la colonia hacen factible. Armados con los poderes políticos que nos daría la soberanía, estoy absolutamente convencido que podemos encauzar a nuestro amado Puerto Rico de nuevo por la ruta de la prosperidad”. Willie, como lo llamaban popularmente, no sólo se dejo sentir por su posición política ni por lo avances que logró en su pueblo natal. Sino también por lo gran líder y VALIENTE que fue, siempre supo como decir las cosas y en el momento indicado, cosa que no todo el mundo puede lograr.

Por eso y mucho más, me quitó el sombrero ante este paladín, guerrero, humano, hombre y puertorriqueño.

Willie, llena todas las expectativas de un verdadero prócer, y sobrepasa los estándares.

Con la muerte de Miranda Marín un nuevo legado, y una nueva política se escribe en el libro de la historia puertorriqueña. Historia que desde hoy no será igual, por más injusticias que se comentan.

Yo alzo mi voz en son de protesta; que lindo sonaría “Centro de Convenciones de Puerto Rico, William Miranda Marín”. WOW!

“Enfrentaré este guaraguao al igual que lo hace el pitirre, seré fuerte como el roble y volveré a renacer como el moriviví.” – William Miranda Marín


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