martes, 29 de junio de 2010

El amigo del “coquero”


Negro como la azabache y buena gente como el Divino Niño. Humilde como el campesino pero de corazón agigantado. Sus pies sólidos como roca en el mar y su pensamiento inundado de imaginación virgen.

Carismático, simpático, y oriundo de Llorens. Parte del clan de las caras lindas de Maelo. Su boca carecía de dientes, pero el amor en cada una de sus palabras gastaba el empuje.

Hablamos y reímos, nos conocimos y encajamos. Nuestra comunicación se vio amenazada por una tercera conversación. Esta vez de una amiga del pasado; una gringa.

Cicatrizado en el pecho. Cicatriz la cual robó la mirada de su amiga “la gringa”, escoltado por un interrogatorio policial.

“¿Qué te pasó?”

“Una operación del corazón.” – respondió.

Acto seguido, añadió jocosamente. “Con to’ y eso, sigo siendo un chulo”.

Mis labios no se hicieron esperar y regalaron una sonrisa para todos los allí presentes. Abierta como el sol del amanecer.

“¿De dónde eres?”, preguntó.

“De Barrio Obrero”, respondí.

“Eres de las mias”, me dijo.

“Absolutamente”, le contesté.

Me habló de sus inquietudes, de su pasión, de su orgullo, su hijo. Su hijo graduado de Ciencias Políticas y Leyes. Summa cum laude.

Todo eso mientras se tomaba una agua e’ coco, caliente. Porque según él, es mejor. Más natural. Me ofreció, también tengo quenepas.

Descalzo, con gorra y pecho lampiño. Un tono parejo. Pantalones cortos y cuchillo en mano. El cuchillo del trabajador, la frente suda’ como negro fajao’.

Un comentario sencillo, le avivo el sentido. Sonrió nuevamente, gracias a los discos rayados de un hombre que caminaba frente a nosotros. Me contó su acción comunitaria, “el domingo, le cambie la goma a ese hombre que paso ahí, tiene la espalda chavá”, murmuró.

Seguimos. “Que muchacha tan bonita” unas de las cosas que pronunció a viva voz. Ruboricé, aunque por mi color de piel no se nota mucho.

En un abrir y cerrar de ojos, ya no estaba. Se levantó como si nada y me dejo tiesa en el momento. Alto como un paladín y seguro como un rey. Elevado como un ángel y sensible como una rosa. Así es mi nuevo amigo.

El amigos del vende coco. El amigo del “coquero”.

4 comentarios:

  1. Muy chévere, vi todas las imágenes que detallaste...eso es bueno el transportar al leyente al lugar! Good job girl!

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  2. Awesome!! me transportaste a un lugar muy bonito! great writing!

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