jueves, 27 de septiembre de 2012

La llegada del otoño


Por primera vez estoy experimentando un otoño, tal como me lo imaginaba. Seco, entre el frío y el calor, marrón y con montones de hojas en el suelo bailando al son de la brisa. Un gran otoño. Este por ser el primero trajo muchas cosas consigo, cambios, un ambiente nuevo, pensamientos, lágrimas, recuerdos y no miento, una que otra sonrisa. Esas no son como antes. Para que aquellas vuelvan todavía falta mucho camino por recorrer.
Hoy ha sido el día más largo del otoño. A pesar de que hubo una buena mañana y una excelente tarde, mi mente andaba navegando por otros lares. Lares que desde hacen semanas me robaron la tranquilidad, ya no sé lo que es eso. Ya no existen noches serenas ni días de eternas sonrisas. Daría la vida por que aquellos momentos de felicidad volvieran. Me gustaría borrar detalles del pasado, sólo detalles.
El día ha transcurrido entre lágrimas, canciones y recuerdos. Por suerte esta vez me libré de los olores. Estos últimos días, no sé si son los días o qué pero se han empeñado en recordarme las razones de huir. Alguien muy bien lo dijo, “podrás huir de todo, menos de los problemas. Los problemas siempre se irán contigo”, no se equivocaron. Nunca se equivocan, yo me equivoco. Hay equivocaciones que no merecen arrepentimientos pero sí perdones. Problemas no hay, si sabores amargos. 

2 comentarios:

  1. el otoño tiene ese efecto... tranquila, esta parte es la buena, espero que el invierno no te pese tanto... como dice Drexler, todo tiempo pasado es peor, no hay tiempo perdido peor que el perdido en añorar, buenas vibras desde donde el otoño no llega

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  2. Gracias Emely. Ya sé lo que es un otoño y lo que conlleva.

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