Cuando uno viene de un barrio, se convierte en protagonista de las historias que se cuentan allá dentro. Y más aún, cuando esas anécdotas vienen con un toque de nostalgia arrastrada, desamor, rencor y sueños diluidos.
En el momento en que el “amor” toca puerta, ya son cuatro sentimientos, ahora son cinco; y todos encontrados. El amor juega el papel antagónico, en el instante que un lobo domesticadamente disfrazado toca fondo, suma un punto y corre como loco despavorido.
Ese ha sido el caso de muchas mujeres, que dadas las circunstancias económicas, sociales, políticas hasta migratorias (en algunos de los casos) tienen que asumir el rol de SM… SuperMommy.
Ayer como de costumbre se celebró el Día de los Padres. También, designado por un clan mujeres despechadas como el “día de los perros”. De lo cual no están tan lejos, porque hay hombres y hay perros, aún así de eso hablaremos por ahora. De la misma rama, están los hombres que son padres en todos los sentidos, a los cuales se le tiene que reconocer el rol paternal.
Pero como todo hay padres y hay padres.
Padres en mayúsculas: estos son hombres trabajadores, emprendedores, humanos, únicos. Siempre están presente en cada etapa de sus hijos desde el paso número uno hasta la primera menstruación. Dejan de ser hombres y se convierten en padres. Asumen la responsabilidad y son handymans.
Padres en minúsculas: poseen las características antes mencionadas, con la diferencia que están divorciados.
Padres por horas: descuidan la familia por el trabajo.
Padres a medias: Amores compartidos. Divididos entre los hijos y la ex-chilla (ahora la mujer).
Padres a distancia: Viven fuera del país por diversas circunstancias.
Padres en blanco: Este es el mío. No sé ni cómo describirlo, son sentimientos encontrados, rabia y amor, una mezcla mortal. Lo adoro, pero es irresponsable. En blanco porque no hay palabras.
Padres invisibles: No merecen ser llamados como padres, sólo sirvieron para una noche de calentura y una mañana de maletas. Nunca han dado cara, mucho menos apellidos. A tipos como estos, mujeres despechadas los llaman por su nombre “perros”.
Madre de los padres: Para hombre sin remedios, padres fracasados, invisibles y en blanco (como el mio) están las madres de los padres. Estas son mujeres con sus pantalones bien puestos, son únicas, trabajadoras, guerreras, paladinas, heroínas, mujeres, madres y padres. Dejan de vivir por ellas para vivir por uno, son arriesgadas…simplemente las mejores. Como la mia.
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